La neutralidad en la red, el principio por el que todos los usuarios deben tener acceso a Internet y a su conocimiento en nivel de igualdad, se puede quebrar de muchas maneras.
En ocasiones, las empresas que ofrecen acceso a Internet se saltan este principio aprovechando subterfugios legales o comerciales o no revelando que realizan estas prácticas para hacerlas pasar desapercibidas.
Una de estas prácticas es emplear canales privados más rápidos en los servidores con los que se accede a Internet para beneficiar a unos clientes frente a otros. Para ayudar a empresas con las que tienen acuerdos y, por extensión, para perjudicar a otras con las que no tienen rendimientos económicos.
Los defensores de la neutralidad en la red argumentan que en la actualidad es más que necesaria una normativa que garantice que los proveedores de servicios de Internet no favorecen sus propios intereses privados.
Comcast
Uno de los casos más notorios relacionados con estas prácticas fue el de la empresa norteamericana Comcast, proveedora de banda en Internet. Comcast llegó a un acuerdo con Microsoft para permitir a sus usuarios que pudieran ver retransmisiones de televisión en streaming con su aplicación Xfinity en sus dispositivos Xbox 360.
Todo, sin que las retransmisiones, por su volumen de datos, afectara al límite de ancho de banda contratado. Sin embargo, los usuarios y clientes de otras plataformas de televisión en streaming como Netflix, HBO Go o Hulu no pudieron disfrutar del mismo nivel de servicios.
Comcast, en su defensa, negó haber violado los principios de neutralidad en la red, argumentando que Xfinity para Xbox operaba en su propia red de Internet bajo un uso privado de la marca que, por definición, se sitúa al margen de la comercialización, del mercado de banda ancha normal y tiene aplicación discrecional.