El pasado mes de febrero, la ciudad de Río de Janeiro sufrió en unas pocas horas el 75 por ciento de las lluvias que se preveían para el mes entero. Esto ocasionó que 4 personas perdieran la vida y otras miles fueron afectadas por los deslizamientos e inundaciones. Viendo todos estos problemas y la pobreza que ya de por si existe en la ciudad, la Iglesia Universal del Reino de Dios se puso en marcha para ayudar a todos los afectados que no tuvieron los recursos suficientes.
Si bien no se vieron muy afectadas las zonas más turísticas, la destrucción de la tormenta provocó el caos en la ciudad con inundaciones en varios barrios e interrupciones en el transporte público. Durante la tormenta se recogieron vientos de 123 km/h, llovió más de 130 mm y decenas de barrios de Río permanecieron sin electricidad.
Varias de las principales avenidas y calles estuvieron bloqueadas por árboles caídos, sufriendo cortes, que aumentaron el caos. Los problemas se extendieron al metro y la circulación de trenes suburbanos, cuya operación llegó a ser totalmente paralizada.
Hasta dos toneladas de alimentos fueron donados por la Iglesia a las víctimas de las lluvias en la ciudad de Río de Janeiro, el pasado día 16 de febrero. Además de todos los alimentos, también se donaron más de dos mil litros de agua potable, un bien que faltaba en la región más afectada por la fuerte tormenta, y que es vital para controlar las enfermedades que suelen aparecer en estos casos.
La entrega de los alimentos se produjo en el campo del Everest Atlético Club, en el barrio de Inhaúmam, en la zona norte de la ciudad. Allí, el propio obispo Jadson Santos, responsable la Iglesia Universal del Reino de Dios en el estado, encabezó la entrega de los víveres y la atención a más de 232 familias.
La ayuda se centró en todas esas familias que quedaron desamparadas, desalojadas o que perdieron todos los bienes que poseían debido a las inundaciones que sufrió la ciudad por las intensas lluvias que azotaron Río de Janeiro. Por este motivo, fue tan importante la donación realizada por la Iglesia Universal del Reino de Dios.
Una de las afectadas por la lluvia, Rafaela da Silva, que fue atendida por los voluntarios de la Iglesia, todavía recuerda cómo se sintió cuando su vivienda fue invadida por el agua: “La semana de lluvias fue horrible para todo el mundo. Las cosas mejoraron lentamente. La Iglesia Universal del Reino de Dios pudo ayudar a mucha gente, ya que hubo muchos que lo perdieron todo”.
La Iglesia y sus voluntarios estuvieron recogiendo donaciones entre los días 16 y 26, que fue el periodo que se fijó. Más adelante se estuvieron haciendo otras recogidas para mejorar el bienestar de los habitantes. De hecho, aún a día de hoy se pueden donar alimentos no perecederos a los voluntarios de la Iglesia para seguir ayudando a los afectados.
Este es solo un ejemplo de como la Iglesia Universal del Reino de Dios se vuelca con los más necesitados cuando más le hace falta, ya que entre sus objetivos está la ayuda al desfavoreccido.