Muchas personas tienen el concepto de que para ser voluntario hay que irse a un país de África y vivir en un territorio en guerra. Pero lo cierto es que existen muchos tipos de voluntariado dentro de nuestro país o voluntariado europeo.
Una de las mejores formas para tener una toma de contacto con el mundo del voluntariado es la Cruz Roja. Es una de las organizaciones más importantes a nivel mundial y entre sus actividades están labores tan importantes como la asistencia médica, ayuda básica cuando hay desastres naturales, apoyo a personas desfavorecidas o incluso asistencia a los inmigrantes o refugiados.
Para ser voluntario de Cruz Roja es importante tener conocimientos profesionales y tener disponibilidad horaria. Hay zonas nacionales donde se necesitan constantemente nuevos apoyos y voluntarios como las zonas costeras donde se reciben inmigrantes en peligro, en muchas ocasiones los problemas sobrepasan los medios que tiene el Gobierno y las organizaciones para atender a todo el mundo y los voluntarios son la única herramienta que puede compensarlo.
Ser voluntario es uno de los trabajos más satisfactorios que podemos hacer. Y no importa si somos voluntarios en un refugio de animales o si enseñamos a leer a niños sin recursos, lo importante es que con tu apoyo podrás cambiar muchas vidas.
Voluntariado en el extranjero
Cada vez son más las personas que deciden que quieren hacer un cambio radical en su vida y cambian el ocio joven tradicional por una experiencia enriquecedora como es el
voluntariado en el extranjero.
El voluntariado internacional nos permite conocer una cultura distinta desde sus cimientos, establecer contacto con personas que tienen muy pocos bienes materiales pero muchísimas cosas que ofrecer en otros ámbitos. No importa si elegimos la Cruz Roja, una ONG infantil o cualquier tipo de organización humanitaria. La clave está en que el destino que elijamos esté dentro de nuestros objetivos y nos permita a contribuir a cambiar la estructura socio-económica de la zona y nos haga sentirnos realizados.
El voluntariado en el extranjero tiene una serie de desventajas como suele ser el idioma, el estar lejos de casa, no contar con el apoyo logístico de vivir en un país desarrollado o simplemente tener nulo acceso a cosas que en los países del primer mundo consideramos básicos. Sin embargo, aprender a vivir de una forma tan radicalmente distinta será una de las experiencias que más te marcarán a lo largo de tu vida.