Las autoridades de la FCC, el organismo público norteamericano encargado de la gestión de la administración de la comunicaciones en Estados Unidos, ha escuchado a decenas de actores que le han ofrecido a lo largo de los últimos meses sus puntos de vista sobre el control de Internet, lo que se define entre los activistas como medidas de los grupos políticos y de presión norteamericanos contra la neutralidad en la Red.
Han desfilado todos los actores, sin embargo, los representantes de Google, tal vez los que más tienen que decir en todo ésto, ni han acudido, ni se les ha invitado, ni se les espera. Google es el gran ausente del debate sobre la neutralidad en la Red.
En 2006, Google se posicionó contra el control de Internet en un comunicado público. En determinado momento de las negociaciones parlamentarias cambiaron de estrategia, enviaron grupos de presión sobre representantes y senadores (2010). Pero, desde entonces su actitud pública ha sido la de un aparente y discreto silencio oficial.
Pero Google, con esa estrategia que parece neutral ante el problema, es -o ha sido- todo, menos neutral. Desde hace dos años, Google se está posicionándose en los mercados regionales de Estados Unidos como proveedor local de banda ancha.
Si uno de sus negocios en desarrollo sigue ese camino, ese mismo camino le está llevando a no oponerse claramente a las medidas contra la neutralidad en la Red. Ahora tiene que perder como el resto de empresas que quieren controlar la banda ancha.