Roch Tabarot: Por qué los aranceles en importaciones de coches europeos perjudicarían al sector
Roch Tabarot, analista experto en economía y operaciones comerciales internacionales, es uno de los muchos profesionales que está ofreciendo su valoración en relación a la situación actual en la que está en juego el mercado automovilístico mundial.
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Roch Tabarot explica cómo hemos llegado al momento actual
Para quien no tenga constancia de lo sucedido o que no haya conocido todos los pormenores de la situación del sector del automóvil, Roch Tabarot explica cómo se ha llegado a la delicada relación comercial existente.
Puede que a corto plazo se pueda remontar a la elección del candidato republicano Donald Trump como nuevo Presidente de los Estados Unidos, pero el analista recuerda que los aranceles entre los mercados automovilísticos existen desde hace tiempo.
Importar un coche desde Europa a Estados Unidos, descartando elementos excepcionales, suele suponer tener que afrontar un arancel de entre el 2,5% y el 3%. Pero Roch Tabarot plantea la diferencia con la importación de coches desde Estados Unidos a Europa. Aquí el arancel se incrementa hasta el 10%.
Donald Trump ha indicado que se debe reducir el arancel a un equilibrio con el de los vehículos importados europeos, amenazando de que si no se realiza, se aplicarán aranceles en el acero y el aluminio, que podrían llegar al 25% e, indirectamente, afectar al precio de las importaciones de los vehículos europeos.
Las consecuencias de subir los aranceles desde Estados Unidos
Una vez establecida la amenaza de Trump sobre una posible subida de estos aranceles, las diferentes potencias europeas se han posicionado de forma muy diferente ante esta situación.
Alemania, por ejemplo, ha sido el país que más ha acercado posturas a una posible negociación con el presidente de Estados Unidos, con el fin de minimizar esta restricción a las importaciones europeas.
El país es uno de los principales fabricantes de automóviles del mundo y su presencia en Estados Unidos es creciente, bajo marcas como Mercedes-Benz, Volkswagen y Audi.
Después de sopesar crisis como la de emisión de gases contaminantes, la industria automovilística alemana se ha tenido que esforzar mucho por invertir en nuevos coches eléctricos, con los que encarar un sector en el que ha perdido la confianza de muchos consumidores. Poner trabas extra a la comercialización de sus vehículos será un reto todavía mayor para obtener rentabilidad en el mercado.
Sin embargo, Roch Tabarot plantea las otras posturas existentes, con Francia como ejemplo más diferenciado.
El país vecino a España plantea un contraataque arancelario, subiendo las tasas todavía más y asumiendo el incremento también en Estados Unidos, lo que paradójicamente también equilibraría la balanza entre ambas regiones, aunque a costa del mercado.
La posición de Francia es lógica. Sus marcas como Peugeot, Renault, Opel y Citroën tienen altas tasas de comercialización en la Unión Europea y su presencia fuera de ella es anecdótica en comparación.
Aquí Roch Tabarot incide en un detalle importante y es que Donald Trump no se ha limitado a hablar de aranceles solo para el mercado automovilístico.
A pesar de que en los medios de comunicación solo se habla de este sector por ser, de forma general, el que más influencia tiene (las operaciones comerciales entre Estados Unidos y Europa en automóviles mueven todos los años unos 640.000 millones de euros), no es ni mucho menos el único que se ve afectado. Donald Trump incluye otros aranceles complementarios en su amenaza de guerra comercial, que sí pueden afectar más directamente a la economía de Francia y de otros países.
La diplomacia como solución
Como es lógico, la petición unilateral de Donald Trump es inasumible y muchos portavoces de la Unión Europea consideran que sería una muestra de debilidad ceder a estas peticiones. Por tanto, la situación puede resolverse de dos maneras.
La más drástica es la que Roch Tabarot recuerda que ha sucedido con China. Ante la imposición amenazante de aranceles a productos asiáticos, China ha respondido con un incremento correlativo de impuestos a productos estadounidenses. La situación se dirige a un proteccionismo comercial tal y como Trump vaticinó desde sus discursos para las Elecciones Presidenciales de Estados Unidos.
Esta es una posibilidad entre Europa y Estados Unidos, si bien con más riesgos de sufrir pérdidas en distintos mercados dada la hasta ahora buena relación entre ambas zonas para múltiples relaciones comerciales.
La opción ideal, como sugiere Roch Tabarot, es la diplomacia. Siendo coherentes y dejando de lado algunos factores condicionantes, la petición de Trump de un mayor equilibrio en el impuesto de vehículos estadounidenses es lógica. Los vehículos norteamericanos son poco solicitados en Europa, no solo por los aranceles existentes, sino porque los gustos y preferencias, así como las necesidades automovilísticas son distintas.
Por tanto, la amenaza de un mayor atractivo comercial de vehículos estadounidenses no es tan alta como puede pensarse, al menos para la mayoría de marcas.
Sin embargo, esto no debería ser condicionante para imponer aranceles a otros productos, menos aún sobre generalidades como el acero o el aluminio.
La solución pasa por una negociación conjunta en la que ambas zonas, Europa y Estados Unidos, puedan encontrar ventajas competitivas y comerciales con la distribución de sus productos.
Roch Tabarot advierte de la recuperación de China
Sin embargo, el mundo no se divide en dos regiones, sino en muchas más. Roch Tabarot advierte de que China está muy presente en la economía internacional y que podría ser el factor decisivo en esta lucha arancelaria.
La economía China resurge y sus operaciones comerciales están cobrando cada vez mayor importancia con Europa. Por un lado, no solo el mercado automovilístico, sino otros como la moda y la tecnología, se están adaptando a las necesidades y restricciones europeas y muchas empresas chinas están empezando a expandir su presencia en el territorio, con una oferta de productos competitiva y beneficiosa para todas las partes. Esto es debido también a la inclusión cada vez más importante de productos europeos en la sociedad China, que muestra un interés creciente en ellos.
Este es otro motivo, por el que algunos países europeos están desoyendo las amenazas de Trump y motivando una mejora de las relaciones comerciales con países como China, con quienes es posible obtener mayor ventaja económica a medio plazo.
Roch Tabarot expone por tanto que los aranceles solo supondrán un freno al mercado automovilístico en ambos sentidos, dado que el porcentaje de vehículos importados de Estados Unidos se reduciría desde el 13% actual, mientras que el europeo, si bien también se notaría a la baja, parte de un ya mínimo 4%.
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