El desarrollo de servicios en la nube y la evolución de esta tecnología hace que su implementación en la empresa cada vez sea mayor. Sin embargo, parece que todavía existe cierto recelo y en parte es lógico, ya que hay procesos a la hora de trabajar que de momento no pueden trasladarse a la nube.
Este año seguramente podamos comenzar a ver en España los primeros portátiles con el nuevo sistema operativo de Google, los Chromebook. La gran novedad de estos ordenadores que su tecnología se basa en la utilización por completo de la nube para su funcionamiento. Es decir, para poder trabajar de forma óptima con un Chromebook en la empresa es obligatorio estar permanentemente conectados a internet, algo que en principio, no sería un problema.
Realmente el problema de esta tecnología no es en recurrir a una conexión a internet, ya que hoy en día todas las empresas cuentan con una conexión y en cuanto a movilidad se cuentan con pinchos USB, smartphones que actúan como módem o puntos Wi-Fi. La gran problemática para las empresas y el uso de esta tecnología pasa por trabajar 100% en la nube. Está claro que esta tecnología cuenta con multitud de beneficios para la empresa pero existen programas cuya importancia es vital y que por desgracia, todavía no funcionan en la nube o sus alternativas no son suficientes.
No se trata de que las empresas no quieran adaptar esta tecnología sino que a día de hoy, no le ofrece la productividad y eficiencia que obtienen con la instalación de programas en su ordenador. Es cierto que cada vez se trabaja más con aplicaciones web y servicios en la nube pero todavía se está lejos de poder renunciar a ciertos programas instalados actualmente en nuestros ordenadores para pasar a un entorno totalmente online.